Expediente Scepovic

Eran muchos los incrédulos acerca de la renovación de la autentica revelación de la segunda nacional, pero sí, el anhelo sportinguista  parece ser que se va a hacer realidad, gracias a la aportación de un ente (en algunos medios se hablan de empleados del club) que desembolsara la nada desdeñable cantidad de un millón de euros.

Tras la semana fantástica en cuantas renovaciones y decisiones en general, parece ser que vuelve la falta de transparencia a la hora de explicar la renovación del Stuka Serbio ,más propia de años pasados ,donde las operaciones  se concretan sin saber muy bien las cantidades, los participantes y el beneficiario final. Nos gusta ver que el sporting del futuro se vaya concretado, pero nos gustaría saber el cómo, y las repercusiones que a medio plazo pudieran tener en la estabilidad económico-financiera del club. No sería agradable volver a vivir situaciones como las acontecidas en la venta de Alberto Botia, con perjuicio en cuanto la imagen propia del club como su relación con terceros equipos.

Cuanto más leemos menos entendemos, en un primer momento se iba a recurrir a fondos de inversión, luego eran entidades financieras y por ultimo parece que hasta el mismísimo taquillero podría haber aportado dinero para su renovación. Como no, una clausula de confidencialidad nos impedirá saber la verdad. Puede ser muy legitimo pero moralmente no parece muy adecuado, el no dar toda la información posible a los accionista del club, que en mayor o menor medida son los dueños. Lo que está claro es que haciendo unas rápidas cuentas, con lo sacado en el día del club, no daría ni para renovar los cordones de las botas del Serbio. Mostrar quien están detrás en esta operación y en qué condiciones, sería una muestra de que realmente algo esta cambiando.

La renovación será por cuatro años, y en caso de ascenso, no habría problema, una vez más el dinero de los socios y los derechos televisivos cubrirían el crédito, en caso de permanencia en segunda, se cubriría con su venta. Si se sigue voceando el que seriamos incapaces de asumir su ficha, no sacaríamos ni para devolver el millón de euros. Lo que hoy nos produce una gran alegría, esperamos que en un futuro no sea la excusa perfecta para hablarnos de un nuevo desfase presupuestario.